Hacía sólo unos minutos que deambulaba refinada y elegante, ajena a las miradas de los vulgares transeúntes.
Le gustaba ir de largo, por eso, cuando entraba el verano, caminaba con la cabeza bien erguida, como mirando por encima del hombro, evitando así la espeluznante visión de todos aquellos chuchos, esquilados como ovejas, con ese ridículo mechón de pelo coronando el rabo.
Antes de salir, y desde debajo de la cama, observaba a Marta en su ritual diario. Frente a un enorme y barroco espejo, ésta se probaba al menos siete modelos antes de decidirse, y cada uno de ellos con sus correspondientes zapatos y complementos.
Después, como todos los días, su encantadora ama le cepillaba durante más de media hora y, mientras, aturdía su esbelta cabeza con sus historias de moda y glamur, y le intentaba convencer de lo divina que estaría con el pelo más corto y un gran lazo rosa en el cuello, como si llevara un ligero y sutil vestido estival. Pero ella sabía que su belleza era natural y no necesitaba de ninguna frivolidad para destacar entre los demás caninos. Además, sólo el gélido y metálico olor de las tijeras le producía un escalofrío incontrolable que le erizaba el rabo y le hacía aullar como un lobo asustado.
Ya en la calle, aprovechando un descuido, se escapaba para correr tanto como sus estilizadas patas le permitían. Le gustaba imaginarse como una dama salvaje vestida de largo que, con la melena al viento y sorteando el bosque de piernas, llegaba hasta el extrarradio para encontrase con su sabueso caballero. Luego, aminoraba el paso y exhibía orgullosa su copiosa mata de pelo.
“Creo que esperaré aquí, junto al camino de vuelta. A Marta le aterroriza volver sola al atardecer.”
“Y esto no es un vestido” pensó recreándose en su distinguido pelaje.
Copyright texto y foto: F. Javier Linares
17/02/12 at 20:30
😉
18/02/12 at 9:45
😉
28/07/11 at 23:29
preciosa historia. te deja un poco así pensativa, sabes… un abrazo
6/07/11 at 17:25
Un texto lleno de sensibilidad. Eres un gran contador de historias!
Besillos.
5/07/11 at 23:48
Que bonito Javier, ademas de disfrutar mucho con tus fotos, me encantan tus textos.